Sobre Mi

No me gustan las etiquetas, creo que somos mucho más que una breve definición. Además, lo que hoy es una realidad, mañana puede que no lo sea tanto. Tenemos el derecho de cambiar. Pero todos tenemos una historia, te cuento algo sobre la mía para que veas que quizá no es tan diferente a la tuya. O sí.

Una niña soñadora.

Nací en Holanda, concretamente en Rotterdam, y prácticamente viví mi infancia en mi habitación donde creaba mi mundo de fantasía. Me encantaba escribir, de hecho conservo todos los diarios que escribí desde los 8 años hasta los 17. En total son 9. Contienen muchas experiencias y no todas buenas. Contienen muchos recursos, también. El sentido del humor es uno de ellos que todavía me acompaña. La observación. Mi timidez enfermiza me obligaba a pasar siempre desapercibida y es por eso que hoy día poseo una capacidad de observación exquisita. Y una sensibilidad hacia todo lo que me rodea. La escucha es uno de mis mejores recursos.

Terminé los estudios obligatorios a los 16 años y empecé a trabajar. Quería salir de la casa donde crecí e independizarme. Y trabajar significaba una oportunidad para hacerlo.

Después de varios años con graves problemas de salud, a los 22 me ingresan durante 3 meses en el hospital y me diagnostican la Enfermedad de Crohn, una enfermedad autoinmune. Tengo mi primera crisis existencial y empiezo a devorar todo lo relacionado con Lao Tsé, Osho y Krishnamurti y empiezo a practicar Yoga. A día de hoy conservo unos 20 cm de intestino grueso.

La enfermedad convertida en mi mejor amiga.

`Mi amiga´ me avisa cuando me excedo en el trabajo. Cuando me tomo la vida demasiado en seria o cuando me afectan demasiado las injusticias y me niego al desapego emocional. O cuando aflojo mis valores personales para complacer a los demás. Esos pequeños avisos me permiten corregir mi comportamiento y elegir otro más saludable. Buscar siempre el equilibrio entre lo que siento y lo que hago.

Mindfulness

Ya ni me acuerdo del último brote. Hablamos fácilmente de más de 20 años. Por aquel entonces empezó mi curiosidad por la meditación Budista y aprendí sobre la consciencia plena, lo que hoy conocemos por Mindfulness. El Mindfulness me enseña que la vida es demasiado valiosa para hacer de la preocupación un hábito. Sé como nadie que pueden surgir contratiempos y muchas veces no se cumplen nuestras expectativas. Pero creo en nuestra libertad de elección para poder elegir en cada momento el estado mental que más nos favorece.

Me fascina este tema. ¿Por qué algunas personas prefieren quedarse donde están y otras eligen tomar iniciativa y seguir caminando? ¿Qué hace ella o él dentro de su cabeza que yo pueda aprender a hacer para ser más felíz, más estable emocionalmente y tener más calidad de vida? Claro que algunas situaciones son complicadas y a veces cuesta tomar decisiones. Al fin y al cabo, nuestra vida es la suma de las decisiones que tomamos. No controlamos tanto lo que nos sucede, pero sí podemos controlar nuestra actitud frente a eso que nos sucede. Recuerda: difícil no es igual a imposible.

Me considero una apasionada en la lucha por una vida libre de limitaciones, ya sean limitaciones por hábitos o creencias personales, limitaciones culturales, familiares o de cualquier otro tipo. No nos sirven para crecer y nos condicionan en nuestra libertad para ser la persona que cada uno de nosotros puede llegar a ser.

Lograr el equilibrio entre la mente y el cuerpo no es una tarea fácil pero es importante lograr una salud integral. Llevar una buena dieta y realizar actividad física son el comienzo de una vida saludable, pero aprender a controlar la mente y las emociones nos garantiza mayor calidad de vida.

Existen prácticas que ayudan a equilibrar la mente y entenderte mejor y he investigado durante varios años disciplinas relacionadas con la mente y el cerebro; la psicología positiva, la neurociencia, la inteligencia emocional, la programación neurolingüística pero sobre todo (y por un interés personal obvio) la relación entre la práctica habitual de Mindfulness y la salud a corto y largo plazo.

Doy las gracias a todas las personas que me han acompañado en este camino que es mi vida, prestándose como inspiración, maestro, haciendo de espejo o simplemente como compañera de viaje durante un tiempo. Mi profesión tiene que ver con el crecimiento personal y cada uno y una de vosotros habéis hecho posible el mío propio. Y seguimos contando.

Entiendo lo humano como un proyecto, sin acabar y en constante evolución.

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